A todos nos gusta ver una alfombra limpia y reluciente. Seguro que sois de los que os encanta relajaros, andar descalzos sobre ellas y echaros encima de estas; incluso más que a ti, a tu bebé, gateando y buscando sus primeros pasos. Pero estas situaciones tan agradables, podrían convertirse en un problema si no realizamos una correcta limpieza de nuestras alfombras.
Según un estudio realizado, las alfombras pueden presentar 4000 veces más suciedad que un inodoro, si no se realiza en ellas una limpieza profesional.
El peligro que puede acumularse en una Alfombra
Cuando no se realiza la limpieza de una alfombra de manera habitual, ésta se pueden convertir en el ambiente perfecto para el surgimiento de miles de bacterias, ocasionando la aparición de olores desagradables; incluso podría llegar a afectar la calidad del aire, dando lugar a problemas de salud como asma o alergia.
Las alfombras, son un medio ideal para la acumulación de los ácaros del polvo, microorganismos provenientes de la familia de los arácnidos que se desarrollan en ambientes con temperaturas por encima de los 20° C y humedades relativas del 60% y 80%.
Los ácaros, chinches o pulgas, son los principales problemas que pueden aparecer si no mantenemos una correcta higiene. Éstos se alimentan de elementos que caen sobre la alfombra, como el pelo, restos de comida... y los residuos que producen pueden provocar alergias.
También puede ser muy habitual la aparición de moho, ya que suele crecer en ambientes en los que hay humedad, dando lugar a la generación de malos olores o incluso manchas indeseables.